Martín Vázquez es titular de una empresa que recolecta plásticos del mar en el Sur de nuestro país, y fabrica anteojos
Con esfuerzo, dedicación, proyección, pasión y una gran visión empresarial muchas veces se construyen diferentes emprendimientos, que con el tiempo y el trabajo se convierten en empresas, con el empuje de jóvenes que van tras sus sueños, hasta convertirlos en realidad.
Hoy abordamos uno de esos casos, que además es una empresa que cumple una doble función, porque además de fabricar, de crear su propio producto, le hace un invalorable aporte al medioambiente.
Nos estamos refiriendo a Qualia Eye Wear, una fábrica de anteojos argentina, y a su creador y director, Martín Vázquez. Este jóven empresario dialogó con la periodista Julieta Burgueño, conductora del programa Sentidos que se emite por NecRadio 98.3 y en la charla contó como fueron sus inicios “trabajaba en relación de dependencia y renuncié a mi empleo para dedicarme a lo mío, que en principio no tenía muy en claro que era, pero lo fui descubriendo en una búsqueda”.

Recolección de plásticos en el mar
Este joven empresario oriundo de la ciudad de San Nicolás, contó que “hacemos un trabajo muy grande en el Sur de nuestro país, más precisamente en el mar, con la recolección de redes y cajones de pesca”.
Siguió diciendo que “la marca la inicié en el año 2018, pero ya venía tansitando un proceso de reciclado de plásticos. Cuando decidí que lo que quería hacer con ese material eran anteojos, nos abocamos de lleno a eso en 2018, y en 2020, en plena pandemia nos enteramos de la problemática existente en el Mar Argentino, con la contaminación plástica, que es muy grande, que impacta directamente en una zona que es declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco, entonces, cuando descubrimos eso, decidimos atacar la problemática”.
Martín Vázquez explicó que “previo al inicio de lo que hoy comercializamos, realizamos un proceso de experimentación y nos dimos cuenta que para fabricar un anteojo necesitábamos un tipo de plástico en particular, que es el nylon, y cuando vimos esta problemática de la contaminación, nos dimos cuenta también que ésto, precisamente las redes y cajones de pesca son de este plástico y que podíamos aprovecharlo para hacer nuestro producto, entonces nos cerró todo”.
Del Sur a Buenos Aires
Hizo mención el emprendedor a que “es un poco compleja la lógistica, porque recuperamos todo eso del mar, en el Sur, y después hay que trasladarlo a Buenos Aires, donde está la planta de reciclaje, después hay que lavarlo, lleva un proceso bastante importante, pero básicamente es clasificarlo, triturarlo, lavarlo, pelletizarlo y ya después queda la materia prima para recién empezar a fabricar un anteojo”.

Martín, que es ingeniero industrial, en los inicios, allá por el año 2016, armó dos máquinas caseras de reciclaje de plástico, que “me sirvieron y mucho para comenzar y para ir interiorizándose de lo que era el reciclaje de plásticos y darme cuenta qué era lo que quería hacer, pero hoy, con los volúmenes que estamos manejando, esas maquinitas no nos hubieran servido, así que hoy estamos trabajando con una organización de reciclaje muy grande, que es un socio estratégico para nosotros”.