Dolche Patagonia se ha convertido en un referente de la dulzura local y más allá. Su historia es una historia de crecimiento, impulsada por la visión de Juan Russo, un ex metalúrgico que cambió los tornos por el chocolate y los alfajores.
La génesis de Dolche Patagonia se remonta a Puerto Madryn, donde Juan y su esposa, Alejandrs Spaltro, vivieron varios años y donde nació su hija mayor, “Dolce Patagonia viene de ahí, o sea, Patagonia viene de allá, y Dolche, porque bueno, tenemos descendencias italianas”, explica en una charla que se desarrolló en los estudios de Nec Radio, 98.3 del multimedios NQ, durante el programa “Esta Mañana” con Federico Cañadas.
El cambio de rumbo profesional fue drástico “Me dediqué muchos años a fabricar máquinas, de todo tipo, también de chocolatería y de alfajores, y llegó la posibilidad de no fabricar más máquinas para otro y fabricar para mí”, recuerda Russo.

Acompañado por su esposa, Juan transitó un camino que describe como “muy largo” de 16 años que no estuvo exento de desafíos: “la competencia es muy grande, el tema del alfajor que es un producto que es tan nuestro que se divide en producto que es de un mercado de calidad, que estaremos en un 25% del mercado y el otro es un mercado más masivo, entonces para imponerlo es muy complicado”, sin embargo, en cuanto al precio y la calidad la decisión de Dolche Patagonia fue inamovible: “yo prefiero sacrificar precio, pero la calidad nunca, o sea, todo lo contrario”. Esta filosofía se ha convertido en el pilar de su éxito, ganándose la fidelidad de un público que “aprendió a comer” y busca un producto superior.
La expansión de Dolche Patagonia ha sido constante y estratégica. Inicialmente enfocados en enviar sus productos al sur, la marca fue ganando reconocimiento, incluso entre los propios necochenses que se sorprendían al descubrir su origen local, “Había gente que compraba el producto en El Calafate, y se enteraban que era de Necochea, pero acá en Necochea no lo veía”, rememora Juan sobre los inicios de su incursión en el mercado local, “nosotros ya hace 4 años que venimos con el negocio, acompañamos en Puerto Gardella, empezamos a ver resultados, después abrimos en la 83, ahora nos estamos por ir al centro, nos convocaron los chicos que están por abrir la Galería nueva de calle 57, con los locales estamos viendo otra posibilidad del negocio”, reflexiona sobre esta nueva etapa, impulsada por la demanda y por seguir apostando a más “vamos buscando nuevos horizontes, nuevos mercados, si Dios quiere ahora en junio vamos a AgroActiva, en Córdoba”. Su estrategia se centra en la innovación constante y en mantener la calidad que los distingue, “Nosotros tenemos esa premisa, desarrollar productos nuevos para que la gente te elija”.