La doctora Cristina Azcueta, titular del Centro Cultural y Biblioteca Popular Andrés Ferreyra de Necochea, visitó los estudios de NECRADIO 98.3 del Multimedios NQ, durante el programa de Miguel Abalsamo “Cerrando la Mañana”.
Con orgullo, Azcueta definió al Centro Cultural como un “monstruo por la cantidad de actividades que allí se desarrollan, de lo grande que es el edificio, de lo que en forma paralela se va desarrollando en cada una de sus salas”. Esta afirmación no es exagerada al escuchar la diversidad de propuestas que alberga: desde muestras de arte con piedras pintadas hasta festivales de música con bandas locales, pasando por la reciente proyección del primer episodio de “El Eternauta” que congregó a 200 personas.
Sin embargo, la realidad económica asoma como una sombra. Azcueta no dudó en señalar que, a pesar del invaluable apoyo de sus socios – “el soporte fundamental son nuestros socios porque ellos son los dueños de la institución” –, y de colaboraciones puntuales, la situación financiera es delicada. Con cifras impactantes, reveló que mensualmente deben afrontar “un millón setecientos mil pesos de cargas y aportes” con tan solo tres empleados. Esta realidad obliga a la institución a reinventarse constantemente, como la reducción de espectáculos musicales con artistas de renombre debido a los costos.

A pesar de las dificultades, el espíritu de lucha y la creatividad son motores que impulsan al Centro Cultural. La reciente “suelta de libros”, donde se recaudaron 530 mil pesos, es un ejemplo de cómo la comunidad responde al llamado. Además, la participación en la Feria del Libro de Buenos Aires, gracias al apoyo de la Conabip y a los descuentos editoriales, permite renovar el acervo bibliográfico, que asciende a unos 60 mil ejemplares. “Vamos comprando lo que podemos todos los meses”, explicó Azcueta, destacando también la valiosa donación de libros por parte de particulares.
Cristina Azcueta dejó en claro que el Centro Cultural y Biblioteca Popular Andrés Ferreyra es mucho más que un edificio con libros y salas de actividades. Es un espacio vivo, un punto de encuentro esencial para la comunidad de Necochea, que resiste y se reinventa gracias al compromiso de sus socios, colaboradores y al amor incondicional de quienes lo gestionan. Su llamado final resonó con fuerza: “Ayúdennos, porque nosotros nos brindamos… ayuden a la institución que ya tiene 118 años y va por otros más”. Un testimonio conmovedor de la pasión por la cultura y la necesidad de sostenerla entre todos.