En el corazón de Necochea, sobre la calle 62, se alza un verdadero bastión de la gastronomía local: el Bar Rex. Ricardo Tumini, su propietario, es el guardián de una historia que se teje entre mesas de madera. En una charla durante el programa radial “Voces de la Ciudad”, con el periodista Jorge Gómez a través de ESTACION FREE 90.3, perteneciente al multimedios NQ, Tumini desnudó la realidad de un negocio que es mucho más que un bar; es un pedazo de la identidad necochense.
“La mañana está bastante floja en todos lados. Últimamente ha aflojado mucho. Es como dice un colega mío, el temido invierno de Necochea”, relata Tumini sobre la temporada baja. Sin embargo, el mediodía ofrece un respiro: “se trabaja bien”, afirma, y explica que su “fuerte” sigue siendo la temporada de calor, “cuando hace calor la gente se va a tomar una cervecita y sale”.
Ricardo y su esposa son los artífices de esta institución, con cincuenta años de trabajo ininterrumpidos desde 1975. “Cincuenta años cumplí acá con mi señora”, comparte Tumini, orgulloso de la trayectoria que han forjado. Aunque su esposa ya no está en la cocina, el legado familiar perdura. Es el “cachorro menor”, como él lo llama, quien ahora atiende el mostrador por las noches. “Yo siempre quise que se quedara alguno”, confiesa Ricardo, emocionado de ver a su hijo continuar con la tradición.

La identidad de un clásico que se niega a cambiar
Ricardo Tumini es un ferviente defensor de la identidad de su negocio. Para él, el Bar Rex es una “parte de la historia de Necochea”, un lugar donde se mantienen las mismas mesas, las mismas sillas, la máquina de café y, en esencia, todo lo que le da su carácter único.
El menú también se mantiene fiel a sus orígenes. Las tortas de chocolate con crema, un clásico que evoca recuerdos en muchos necochenses, siguen siendo un deleite. “Más o menos el mismo menú de casi siempre. No lo cambiamos”, explica Ricardo.
En un mundo que cambia constantemente, el Bar Rex, bajo la atenta mirada de Ricardo Tumini, se mantiene con tradición y calidad, demostrando que la fidelidad a las raíces es, en ocasiones, la fórmula más exitosa.