Un sueño largamente acariciado por la comunidad educativa de Necochea se materializó el año pasado con la apertura del Instituto Superior Municipal de Necochea. Esta institución, creada para satisfacer una demanda de certificación que se arrastraba desde 1969, celebra su primer aniversario consolidando la formación en danza clásica y revalorizando una tradición de 55 años. Patricia Aloe, directora del Instituto, compartió detalles sobre este hito, la exigencia de la disciplina y el impacto en la vida de sus estudiantes, al dialogar en el programa “Esta mañana” con Federico Cañadas y Nicolás Mario Tambascia, que se emite por NEC Radio, 98.3 del multimedios NQ
“Es imposible que los necochenses no hayan conocido, rozado de alguna manera, la Escuela Municipal de Danzas Clásicas”, afirma Aloe, remarcando la profunda huella que esta institución ha dejado en la ciudad. La creación del Instituto Superior Municipal de Necochea representa un paso fundamental: “Es una institución que se crea para dar respuesta a la demanda de toda una comunidad educativa que reclama desde el año 69 la certificación de los estudios que se daban en formato taller.” Ahora, los bailarines de Necochea pueden obtener una titulación superior, un reconocimiento tan esperado a su dedicación.

La danza clásica, como explica Aloe, va mucho más allá de las horas de clase. “Es más que full time,” subraya. Implica una formación integral que incluye preparación física, alimentación adecuada y descanso, todo acompañado de una “gran pasión, porque si no, el sacrificio empieza a ser sacrificio y no disfrute”.
Si bien históricamente el ingreso a la danza clásica se daba en edades muy tempranas (entre 8 y 12 años), Patricia Aloe señala una evolución: “Todo evoluciona actualmente con la tecnología y la preparación física… un niño o niña entre los 12 y los 18 también podría dedicarse a la danza clásica, siempre y cuando tenga la dedicación suficiente”. No hay una receta estricta sobre la cantidad de clases, ya que “depende de cada uno, de la conciencia de la clase, de la continuidad”. Lo crucial es la periodicidad y, sobre todo, el acompañamiento familiar.
Uno de los mayores desafíos, y motivo de frustración para muchos, es la transición a las zapatillas de punta. “La zapatilla de punta, que es la que usan las mujeres, no los varones, está conformada con yeso en la punta, yeso y madera en la suela. Y bueno, eso no puede ser nunca amable,” describe Aloe. El desarrollo muscular necesario para dominar este calzado es “un trabajo inmenso, infinito”. Por eso, se necesitan entre tres y cuatro años de práctica con zapatillas de media punta antes de pasar a las de punta, garantizando la fortaleza adecuada en los músculos del pie.
En un mundo que exige resultados inmediatos y donde las pantallas compiten con el descanso, la danza clásica representa un contrapunto. “Todo lo queremos ya, los resultados son inmediatos, y con el cuerpo no es así”, advierte Aloe. Además, se suma la presión del “saber popular de ‘para qué te vas a dedicar a eso si después vas a estudiar arquitectura'”. Para la directora, la clave es entender que el objetivo no siempre es llegar a las grandes compañías, sino el amor por la danza en sí. “Hay un montón de otros” objetivos posibles, señala, reconociendo que no siempre “el común de la gente” lo comprende.
Patricia Aloe extiende una invitación a todos los interesados, incluyendo a los varones, para que se acerquen al Instituto. Destaca la importancia de “encontrar la base en Necochea, no tener que irse” para estudiar, un objetivo que se cumple gracias a la decisión política del intendente de “escuchar esta demanda y poner sobre la mesa los medios para resolver esta situación y poder certificar en Necochea estudios superiores.”