En diálogo con NEC Radio 98.3, el periodista y docente Juan Carlos Romero López, autor del libro Tecnofascismo, advirtió sobre los riesgos de un modelo de control social apoyado en herramientas digitales y llamó a recuperar la soberanía tecnológica.
Tecnología y control social
“Hoy la tecnología no siempre está al servicio de la humanidad, sino que se usa para reprimir, espiar y controlar. Eso se parece mucho, en términos culturales y filosóficos, a lo que fue el fascismo”, explicó Romero López, al trazar un paralelismo entre los regímenes autoritarios del siglo XX y el uso actual de la inteligencia artificial, las redes sociales y los monopolios digitales.
El periodista sostuvo que el fenómeno no siempre es visible: “El fascismo de los años ’30 lo conocimos con botas y uniformes. El de hoy viene disfrazado de plataformas y algoritmos. Y muchas veces los individuos no nos damos cuenta de cómo condiciona nuestras decisiones”.

El caso Facebook
En ese marco, recordó un experimento realizado por Facebook hace una década: “Dividieron un millón de usuarios en dos grupos y manipularon los contenidos que recibían: a unos les mostraban mensajes positivos, a otros negativos. A los pocos días, la gente empezó a escribir y comportarse igual que el sesgo que recibía. Eso es manipulación emocional masiva, un arma de control social que ya existe y se aplica”.
Soberanía tecnológica
Romero López aclaró que su postura no es “antitecnológica”, sino lo contrario: “Fui un entusiasta del comercio electrónico, recorrí América Latina defendiendo internet como herramienta de democratización. Pero lo que nació como una red libre terminó capturado por corporaciones que hoy tienen presupuestos más grandes que el PBI de países como la Argentina. Google es un ejemplo”.
Consultado sobre el futuro, planteó la necesidad de políticas activas: “La clave es la soberanía tecnológica. Tenemos con qué: en Benavídez está el datacenter más grande de Sudamérica, con capacidad para procesar y proteger datos propios. Pero seguimos entregando información estratégica a servidores extranjeros. Es como mandar el oro digital fuera del país”.
Democracia y futuro
El autor de Tecnofascismo insistió en que el debate no es abstracto: “Los datos de salud, de educación, de economía, son insumos centrales para el poder. Si no los cuidamos, no estamos discutiendo tecnología: estamos discutiendo democracia y futuro”.
Finalmente, convocó a pensar en un uso comunitario y soberano de la inteligencia artificial: “Podemos crear secretarías municipales de IA que ayuden a mejorar servicios, desde diseñar un logo para un emprendedor hasta atender consultas médicas básicas. La tecnología puede estar al servicio de la gente, pero depende de quién la controle”.
Una advertencia final
Romero López cerró la entrevista con un mensaje de advertencia y oportunidad: “El mundo ya está dominado por cuatro polos tecnológicos: Estados Unidos, Rusia, China e India. La Argentina tiene que jugar sus cartas con inteligencia, elegir lo que nos convenga de cada uno y desarrollar lo propio. Porque si la tecnología no está al servicio de la felicidad de la gente, está al servicio de su dominación”.