En Necochea y Quequén la inseguridad no se combate con silencio.
Y menos aún, escondiendo la información o eligiendo qué medio puede contarla.
Durante los últimos días, desde el Multimedio NQ fuimos excluidos del grupo oficial de difusión de la Policía Departamental, donde se compartían partes de prensa e informes sobre los hechos delictivos. El grupo estaba administrado por la comisario Camila Piñero, bajo la órbita del titular departamental, Christian Elía, y del superintendente Oscar Orellano. La decisión no fue casual: fue una reacción ante las críticas que venimos realizando por la falta de transparencia y el manejo discrecional de la información.
Porque seamos claros: la policía no elige a qué medio informar. La información pública pertenece a la sociedad. No es propiedad privada de ningún funcionario ni de ninguna fuerza de seguridad. Y sin embargo, aquí pasa lo contrario.
Primero filtran las novedades a un medio “amigo”, y recién después —cuando ya perdió valor noticioso— se acuerdan del resto. Lo que se dice en la jerga callejera “te ningunean”
Consultada por NQ, la propia comisario Piñero reconoció: “En el grupo están todos. No puedo responder por quien la filtra antes.”
Una frase que, lejos de aclarar, confirma que existe filtración de información y que la desigualdad informativa es deliberada.
Hoy, cuando intentamos entrevistar a uno de los servidores públicos en Necradio 98.3, su respuesta fue tan corta como elocuente: “El jefe no cuenta con autorización para atender prensa. Que tenga buen día.”
Y así se cierra el círculo de silencio.
Una policía que no habla, que no explica, que no rinde cuentas.
Mientras tanto, los hechos delictivos se multiplican, los vecinos viven con miedo y nadie da la cara.

El silencio no protege: agrava el problema
¿Dónde están las explicaciones sobre los ataques a remiseros, los robos reiterados en Quequén, los limpiavidrios que llegaron desde Mar del Plata y se instalan en los semáforos?
¿Quién responde por la inseguridad creciente y el temor de los vecinos que ya no quieren ni denunciar porque los delincuentes los visitan después?
En los barrios todos saben que hay gente que se radicó desde el conurbano, algunos con antecedentes. ¿La policía no lo sabe? ¿No lo ve? ¿O prefiere mirar hacia otro lado?
La sociedad necesita respuestas, no excusas.
Y necesita una policía que hable, que informe con la misma rapidez con la que exige respeto. Porque callar, ocultar o ningunear a los medios no es estrategia: es encubrimiento.
El periodismo no se calla
Desde NQ seguiremos informando.
No dependemos de los grupos de difusión para hacer nuestro trabajo.
Creemos en el periodismo libre, en el derecho de la gente a saber lo que pasa en su ciudad, y en que el silencio oficial nunca puede reemplazar la verdad.
Si la Policía Departamental de Necochea y Quequén decide cerrarse, ocultar y castigar a los medios críticos, será ella misma la que quede expuesta.
Porque la seguridad no se construye con miedo ni con censura:
se construye con transparencia.












