El experimentado basquetbolista necochense Agustín Apreda, actual jugador de Huracán, dialogó sobre su presente deportivo, la preparación previa a los partidos y la exigencia que implica competir en el Torneo Marplatense, donde todos los encuentros se disputan en condición de visitante.
Apreda reconoció que jugar contra Rivadavia, club en el que militó durante muchos años, siempre representa un condimento especial. “Tengo el mayor de los respetos por ellos. Es un partido más, pero no lo es: en esta ocasión necesitábamos ganar por más de siete puntos para mantener chances en caso de un futuro cruce de playoff”, explicó.

Respecto a la experiencia de participar en el certamen de Mar del Plata, destacó el nivel de competencia pero también las dificultades: “Es un lindo torneo, con mucho nivel, pero a la vez muy desgastante porque viajamos siempre y eso nos quita energías. Además, en el largo plazo también jugás contra los árbitros, porque no es lo mismo tener ida y vuelta que ser siempre visitante”.
Con amplia trayectoria, Apreda no dudó en señalar los desafíos del básquet en Necochea: “Lo que más falta es formación desde abajo. Muchas veces no se pone el énfasis suficiente en los formadores. Eso hace que los chicos con proyección, inevitablemente, terminen yéndose a Mar del Plata”.
En cuanto a la identidad de su equipo, subrayó la versatilidad de sus compañeros: “En Huracán tenemos jugadores polifuncionales, que podemos adaptarnos a distintas posiciones. Ese defecto de no tener un pívot marcado termina siendo una virtud, porque complicamos a los rivales”.
Con 34 años, Apreda reconoció que la intensidad física de los jóvenes rivales lo obliga a redoblar esfuerzos: “Vengo jugando partidos completos de 40 minutos. No es fácil, sobre todo contra chicos de 21 años que entrenan todo el día, pero me gusta llegar temprano, concentrarme y ser de los primeros en entrar en cancha”.
Por último, definió cómo se preparan estratégicamente en el torneo marplatense: “No podemos salir a ver qué pasa, porque después se hace cuesta arriba. Estudiamos a los jugadores desequilibrantes y ajustamos la defensa según el rival”.