Como cada año se conmemora y se renuevan los esfuerzos, además de seguir alzando la voz por las que están y por las que faltan
Hoy, como cada 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Tal vez sea esa la palabra indicada, se conmemora, en lugar de se festeja, como también se lo llama, porque la realidad de las mujeres es una lucha constante, y por lo general, es desigual.
Las mujeres llevan adelante una extensa lucha a lo largo de la historia en busca de conseguir igualdad y derechos para ser respetadas y tratadas como se merecen ante la ley, igual que como ocurre con sus pares masculinos hace cientos de años. Por eso, en el Día Internacional de la Mujer se busca conmemorar la lucha del género por su participación dentro de la sociedad, su desarrollo íntegro como personas y principalmente, su emancipación o liberación en diferentes puntos y aspectos de la vida misma.
El 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo, con la que intentaban reclamar la reducción de la jornada laboral a 10 horas de trabajo, y un salario igual al de los hombres que desempeñaban las mismas tareas.

Es por eso que en 1975, utilizando esa fecha de la tragedia, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó oficialmente el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer.
Cuesta mucho entendender que, avanzado el siglo 21, todavía se sigan dando tantas situaciones desiguales, increíbles, por las que la mujer deba seguir luchando por la igualdad de género, luchar contra las diferentes formas de opresión que se mantienen vigentes, abusos y lo que es mucho más grave, la violencia de género y lamentablemente los femicidios que van en aumento.
Es por eso que hoy, tal vez en lugar de decirles “feliz día”, deberíamos acompañarlas, respaldarlas y luchar codo a codo con ellas, no sólo hoy, sino todos los días, para que esa lucha pueda tener un fin en algún momento, y ahí si, cada 8 de marzo podamos decirles “feliz día”.