Como “sorprendente y muy buena” calificó la cosecha de trigo y cebada en nuestra región Egidio Mailland, quien es productor agropecuario y presidente del consejo de administración de la Cooperativa Agropecuaria General Necochea.
Ante la consulta para Diario NQ y NecRadio 98.3 del periodista Nicolás Mario Tambascia, Mailland resaltó que “hemos tenido rendimientos muy buenos, muy positivos, salvo algunas apariciones de algunos lotes aislados con heladas, pero en líneas generales hemos tenido una muy buena cosecha de trigo y cebada en nuestra región”.

Con referencia al planteo del gobierno para lograr concenso respecto a la adhesión a Argentina UPOV 91, tema que ha generado algunos confusiones en agricultores, en tal sentido, quien es un referente de la actividad agropecuaria, explicó que “con respecto al tan cuestionado y debatido tema, la posición que tenemos en nuestra entidad pasa por defender que las empresas puedan cobrar los derechos y regalías, porque conocemos lo que cuesta hacer una semilla. Los costos que se manejan son muy altos. Lo genéticamente modificado cuesta fortuna hacerlo, entonces cualquier empresa va a buscar recuperar esos gastos, todo lo invertido, porque esto es un negocio, no hay que ponerse colorado por decir ésto. Pero al productor lo han confundido, porque es un flor de negocio para el productor mismo. Un maiz genéticamente modificado le lleva 3.000 o 4.000 kilos por hetárea a uno que no ha sido genpeticamente modificado, es decir, la empresa que invirtió y puso ese gen ahí, quiere recuperar lo invertido, y tiene razón. Lo necesita la empresa y al productor le sirve y mucho, porque la revolución de la soja o del maíz, han nacido de esta manera” y enfatizó “no hay que caer en la trampa que tenemos derecho de usar nuestra propia semilla sin pagar regalías”.
Egidio Mailland siguió diciendo que “si alguien quiere hacer uso de esa ley que dice que cada uno puede utilizar su propia semilla, bien, que siga usando la que tiene, esa soja vieja, ese trigo viejo, pero no coartar la posibilidad de que el resto del país, y sobre todo las zonas que necesitan sembrar esa semilla genéticamente modificada, puedan hacerlo para obtener ganancias extras”.
Subrayó el dirgente por último que “se lo ha confundido al productor por un derecho de no tener que pagar, a un negocio que se pierde por no tener esa semilla en el país. Las empresas no van a venir al país, si no se les paga la regalía, es una cuestión de lógica”.