José “Cholo” Servat visitó los estudios de NEC Radio, 98.3 del multimedios NQ, durante el programa “Esta Mañana” junto a Federico Cañadas y Nicolas Mario Tambascia y contó cómo pasó a convertirse en un referente en la construcción de viviendas modulares, demostrando que “Hay que disfrutar de esas pequeñas cosas que son las del sentido común”.
La historia de “Cholo” está marcada por el espíritu emprendedor que lo acompaña desde la infancia. Nacido en un restaurante de pueblo donde a los 11 años ya atendía mesas y ayudaba en el negocio familiar de desmonte y venta de leña, el trabajo fue siempre su bandera. “Yo nací en un restaurante, a los 11 años atendía las mesas”, recordó, destacando que esa experiencia temprana “me enseñó valores y me enseñó a la gente a mirarla a los ojos y poder dialogar de igual a igual sin egoísmo”.
Aunque estudió y se recibió de instrumentador quirúrgico especializado en neurocirugía, su veta comercial lo llevó por otro camino. Con solo 21 años, y ya recibido, puso el primer gimnasio de Laprida y un boliche bailable para 3.000 personas en un pueblo de 10.000 habitantes. “Decían ‘este está recontra loco’”, afirmó. La aparente incongruencia de su doble vida entre el quirófano y la noche lo llevó a dedicarse de lleno al comercio, expandiendo una cadena de boliches bailables llamada “Morena Disco” por varias localidades bonaerenses.

“Arranqué a los 21 años ya recibido”, dijo sobre esa época de expansión, donde llegó a tener 300 empleados con apenas 22 o 23 años. Su estrategia era generar una “ilusión, la fantasía, en el medio de la noche” para atraer a jóvenes de pueblos vecinos, con colectivos en todos los pueblos de alrededor y “noches sorpresa” que convocaban a multitudes. “Yo disfruto, jamás me voy enojado de mi negocio, llego a mi casa y apago el teléfono, o lo pongo en modo avión hasta el otro día que lo prendo, para poder disfrutar de las cosas simples…y que no te esté sonando el teléfono por una preocupación, es una decisión de vida, es un aprendizaje, yo hoy elijo vivir de esa manera, desde la simpleza”, sentenció.
La reinvención: Casas de container, un sueño accesible
El giro más reciente y significativo en la vida de “Cholo” lo llevó al mundo de la construcción, específicamente a las viviendas de containers. La idea surgió durante un crucero transatlántico, observando barcos de carga llenos de estos módulos. “Llegando a las costas de África a Cabo Verde… yo los miraba y en un momento entré a mirarlos hasta con cariño”, relató. Al llegar a Barcelona, le pidió a su hijo que buscara información sobre casas hechas con containers y se enamoró de la idea.
A pesar de la reticencia inicial de su familia, que le decía: “dejate de joder que con vos al final ya cagaste todo el viaje”, al regresar a Necochea compró tres containers y armó la primera casa modelo. El día de la inauguración, la sorpresa fue total: “vendí diez casas conteiner. A partir de ahí no paré nunca más”, afirmó.
Su visión fue clave para adaptar estos módulos a las necesidades de las familias, a diferencia de otras empresas que se enfocan en usos rurales o industriales. “Nosotros lo que vendemos también es la ilusión a una familia que durante tanto tiempo, porque el tener tu casa propia no es poca cosa, es lo más importante que le pasa a un matrimonio, a una familia”, destacó.
El punto de inflexión: Créditos hipotecarios para containers
Un momento “bisagra” en este emprendimiento ha sido la reciente aparición de créditos hipotecarios específicos para viviendas de containers. “Durante los 10 años de proceso de container en Necochea siempre esperé este gran momento porque el gran momento porque no había créditos para comprarte una casa container”, explicó. La posibilidad de acceder a un préstamo bancario, con tasas de interés bajas y la opción de no poseer lote propio, representa una oportunidad única para muchas familias.
“No tenés que tener lote propio”, enfatizó “Cholo”, explicando que se puede instalar la casa en terrenos de familiares o amigos hasta que se pueda adquirir uno propio. El Banco Hipotecario ofrece financiamiento en 72 cuotas, con una tasa del 15%, y la cuota a pagar es “el alquiler que estabas pagando, un cachito más” por una casa de 30 metros cuadrados.
Esta flexibilidad, sumada al costo significativamente menor de una vivienda modular en comparación con una tradicional, hace que sea una opción atractiva en el contexto económico actual. “El banco te puede dar el total del dinero o si no llegas a que te dé el total podes poner una partecita o podes entregar un vehículo y el banco te da el resto”, detalló. Para “Cholo”, este es un “gran momento” que “hay que aprovechar”.