Rocío Llanos, una joven dedicada al arte del baile desde sus 4 años y quien, a sus 32, se ha convertido en un referente de la danza en nuestra ciudad, dialogó con Miguel Abálsamo, desde los estudios de NEC Radio, 98.3 del multimedios NQ, durante el programa “Cerrando la Mañana”. Su historia es un ejemplo de pasión, constancia y trabajo en equipo que renueva el alma.
Rocío comenzó su camino en el baile de manera casi natural, desde la escuela con un grupo que con el tiempo fue creciendo y diversificándose. “Arranqué como en el colegio, como algo de decir, bueno, vamos a hacer una coreografía para fin de año, y eso llevó a que la gente que preparé en el colegio quisiera seguir”, contó con una sonrisa cómplice que revela el amor que le tiene a su profesión.
El equipo que ha formado no es solo un grupo que baila junto; es una verdadera familia: “Tengo chicas que están conmigo hace 10, 12, 15 años. Es mucho tiempo a la par mío”, afirma orgullosa, mientras describe cómo el grupo ha logrado éxitos múltiples en competencias provinciales y nacionales, desde Mar del Plata hasta el emblemático Teatro Broadway en Buenos Aires. “Siempre algún puestito sacamos, entre los tres estamos”, reconoce, reafirmando el esfuerzo compartido.

Su trabajo no se limita a un solo lugar. Rocío imparte clases en Galería Huracán, en el Club Ministerio de Quequén y en Vital Gym. Más allá de la técnica, Rocío se preocupa por el bienestar integral de sus alumnas, especialmente en cuanto a su alimentación y estado físico antes y durante las prácticas. “Solo les digo que beban agua y coman antes de bailar, porque si no, se les baja la presión”, advierte.
La docente enfatiza que el baile es para todos, sin importar edad ni nivel. “Las clases son para todos los niveles, no importa si es avanzado o inicial. Para el grupo de competencia, ensayamos los sábados, pero en la semana podés aprender con nosotras tranquilamente”, asegura, invitando a quienes quieran sumarse a vivir la experiencia del movimiento y la música.
Entre sus proyectos más recientes destaca la preparación de un musical llamado Emociones para el evento de fin de año en la Usina, una apuesta diferente que incluye actuación y puesta en escena, ampliando los horizontes de la danza local.
Finalmente, Rocío dejó una invitación abierta y sincera para quienes todavía dudan en bailar: “Sacate la vergüenza, nadie es profesional al principio. Todos aprendimos de cero”. Su mensaje es claro: bailar es un camino de crecimiento personal, especial, que aporta alegría y salud al cuerpo y al alma.
Rocío Llanos sigue llenando de ritmo y energía los espacios culturales de la ciudad, demostrando que el baile es mucho más que una danza: es un motor de vida y de felicidad que contagia a grandes y chicos, novatos y expertos, y que invita a todos a atreverse a mover el cuerpo y el corazón al compás de la música.