En el programa “Esta Mañana” por NecRadio 98.3, la remisera Liliana De Vicia relató el violento asalto e intento de abuso que sufrió mientras trabajaba el pasado sábado 11 de octubre, hecho que mantiene en vilo al sector de remiseros y taxistas de Necochea y Quequén.

“La inseguridad está muy acelerada; anoche asaltaron a otro remisero. En mi caso, fue a las siete de la mañana. Tomé un viaje desde la máquina y tres personas subieron. Al final, uno de ellos me atacó con un cuchillo dentro del auto”, contó.
Según su relato, el agresor la retuvo durante más de 40 minutos dentro del vehículo, la amenazó con un arma blanca y le manifestó su intención de abusarla. “Me puso el cuchillo en el cuello. Le hablaba, le decía que tenía una nieta de su edad, que vivía con mi hermana que es Down, pero él estaba cegado”, recordó visiblemente afectada.
En medio de la desesperación, Liliana logró escapar: “Clavé las manos en la bocina, arranqué la llave y me tiré del auto. Empecé a gritar ‘auxilio’ y la gente salió a ayudarme. Gracias a eso me salvé”.
El vehículo —que contaba con rastreador satelital— fue seguido por el propietario y finalmente recuperado por la policía. El agresor fue detenido en Villa del Deportista y actualmente permanece alojado en la Comisaría Tercera, aunque la remisera expresó su preocupación: “Tengo el corazón en la boca pensando que lo pueden soltar en cualquier momento”.
Liliana también denunció fallas en el protocolo de emergencia: “Apreté el botón de pánico, pero en la base no pusieron la ubicación. Además, el operador llamó al 911 de Mar del Plata; tardaron veinte minutos en llegar”.
El hecho no fue aislado. Días después, otra remisera fue víctima de un robo armado: “A una colega le pusieron una pistola en la cabeza y le robaron el auto. Lo encontraron desmantelado e intentaron prenderlo fuego”, contó.
Tras los episodios, un grupo de choferes se reunió con autoridades policiales. “Nos atendió el comisario Cristian Elías, que prometió volver a implementar controles en las zonas periféricas. Pero necesitamos más presencia policial y coordinación real”, reclamó Liliana.
La remisera, con 17 años de experiencia, aseguró que seguirá trabajando pese al temor: “No me queda otra. Es mi sustento. Pero vivimos con miedo, porque cada día puede pasar algo”.
El sector remiseril y taxista de Necochea y Quequén exige mayor seguridad y controles, en medio de una ola de hechos violentos que también afecta a otros puntos de la ciudad.
“La policía hace lo que puede, pero falta firmeza. No se trata solo de cuidar autos: es cuidar vidas”, concluyó.












