Días pasados un grupo de adolescentes protagonizó un incidente en la playa, en la lengua del agua, a la altura de lo que se conoce como “el caño”.
Consultado por Diario NQ quien está cargo del área de tránsito de la Municipalidad de Necochea no ha dado explicaciones algunas sí hubo alguna actuación de oficio ante lo producido, como tampoco se conoce cómo vienen trabajando en la prevención.
¿Por qué llamamos incidente y no accidente? La diferencia entre uno y otro es que en el primero el error es evitable, no proviene meramente de una acción no deseada, se sabe que puede ocurrir, pero de igual manera se sigue con esa conducta. En cambio en la segunda, la suerte, mala suerte, o algún factor externo, hace que se cometa el hecho pero sin tener la voluntad de haberlo producido, ni tampoco que se pueda representar en los protagonistas.
Más allá de esta diferenciación conceptual ¿Qué se está haciendo desde la Municipalidad de Necochea, más precisamente desde la Dirección de Tránsito? ¿Se trabaja en base a estadísticas que arroja el observatorio vial municipal? ¿Los operativos son al voleo, al hoy vamos por acá y mañana por allá, sin ton, ni son?
Varios interrogantes que nos hacemos las ciudadanas y los ciudadanos, y mientras tanto andamos esquivando las desgracias, como Maradona a los brasileros en el 90´, donde solamente algo divino nos pueda salvar.
Volviendo al particular hecho que se produjo durante el último fin de semana largo nada se sabe sí existe o no una sanción. La maniobra por parte de unos de los jóvenes podría haber tenido consecuencias fatales.
Desde el área que comanda el abogado Pablo González Doso ¿Se hizo algo al respecto? ¿Se trabajaron sobre los videos? ¿Se trató de identificar al titular de la camioneta? Se infraccionó al titular del rodado por circular en zona prohíbida?
Son demasiados los interrogantes y nulas las respuestas. Después ocurren los incidentes fatales y nos lamentamos, o nos preguntamos ¿Cómo pudo pasar? La principal responsabilidad siempre es de los padres, pero desde el Estado se tiene que estar más presentes y no solamente como una cuestión meramente administrativa, sí no en la prevención de posibles desenlaces fatales. Por ahora, no sabemos cómo.