En una entrevista radial, el dirigente local repasó su militancia, su visión del peronismo actual y el recuerdo de figuras históricas de Necochea como Coco Taraborelli, Puni y el Momo Venegas.
“Fui, soy y siempre seré peronista. Para mí el único ‘ismo’ que existe es el peronismo. Otros ‘ismos’, como el kirchnerismo o el menemismo, terminaron dañando la esencia del movimiento”, afirmó al comenzar el diálogo. Y agregó: “Si hoy gobierna Milei, es porque los peronistas nos equivocamos y no supimos hacer las cosas bien. El pueblo mantiene las banderas de Evita y Perón, pero la dirigencia muchas veces se alejó de ellas”.
El dirigente recordó sus inicios en el Barrio Oeste, la militancia en la JUP y los años de formación política: “Fue una época muy dura, con persecución de la derecha y con intentos de la izquierda de utilizar al peronismo. Aun así, teníamos la posibilidad de pensar, debatir y crecer políticamente, algo que hoy veo más limitado”.

También repasó su trayectoria en la gestión pública: “Comencé en el Plan Alimentario Nacional y luego fui director de Emergencias Sociales durante la intendencia de Coco Taraborelli. Después fui secretario general del Partido Justicialista, tanto con Coco como con Puni”.
Consultado sobre los tres referentes locales, no dudó:
- Coco Taraborelli: “Un gran intendente, exigente y renovador, que supo proyectar a Necochea a nivel provincial”.
- Puni: “Un político de raza, con gran capacidad de gestión y una intuición impresionante. Estaba siempre en contacto con la sociedad”.
- Momo Venegas: “Un dirigente solidario, de perfil sindical, con quien tuve una relación franca. Siempre le dije que una cosa es la lealtad y otra la obsecuencia”.
En cuanto a la situación actual del justicialismo, sostuvo que el desafío es la renovación dirigencial: “No ha surgido una nueva generación que conduzca, pero la ideología sigue latente. El pueblo peronista siempre resurge en las grandes crisis”.
De cara a las próximas elecciones internas del PJ, previstas para marzo, planteó la necesidad de “volver a la militancia, a discutir ideas y recuperar las raíces históricas del movimiento”. Y concluyó: “No hay que tener miedo al pasado, sino mejorarlo. El partido debe ser un espacio de unidad y debate, no de cuartos separados”.