El terapeuta se refirió a diferentes situaciones por las que puede atravesar una persona y a cuestiones que son propias del humano y que no se pueden evitar
La terapia, la psicología es una herramienta cada vez más utilizada en busca de salir de situaciones difíciles, de encontrar respuestas, de encontrar el camino que nos permita mejorar y hasta cambiar la vida de ciertas personas.
Para conocer un poco más de la terapia, en el programa “Sentidos” que conduce Julieta Burgueño por NecRadio 98.3 recibimos la visita del terapeuta Javier Valente, quien además también está permanentemente indagando en otras técnicas, como por ejemplo el efecto que produce en las personas la risa.
Valente comenzó diciendo que “siempre me identifiqué con lo que plantea el psicoanálisis y de hecho así arranqué mi práctica y mi propio análisis, mi propia terapia, siempre fue el recorrido a través del psicoanálisis tradicional”.

Continuó explicando que “me empecé a dar cuenta que el psicoanálisis sigue siendo para mí la base fundamental de la teoría de cómo entender la psiquis humana, de cómo entender la mente, de cómo entender la relación que hay entre nuestras decisiones, nuestra conducta, nuestras emociones, lo que sentimos y cómo estos se manifiestan las relaciones sociales”.
Hizo mención a que “me empecé a dar cuenta que el psicoanálisis me quedaba, para la práctica, un poco corto, no en tanto a lo teórico, sino podría decir que no se ajusta la práctica del psicoanálisis para mí, y esto es una mirada absolutamente personal, no termina de llegar a los tiempos que hoy vivimos, o sea, nuestra nuestra cabeza, nuestro aparato psíquico no termina de gestionar a partir de la sobreinformación que tenemos”.
Resaltó el terapeuta que “las redes sociales, el internet, ha cambiado un poco también nuestro estado mental, la vorágine de la vida, o psicosocial, todo, porque si hay algo fundamental en nuestro desarrollo personal, que tiene que ver con el contexto, no es lo mismo el contexto de alguien nacido y educado en una ciudad rural que en una urbe como Buenos Aires, los tiempos son otros, el minuto, la hora, la percepción de esa hora, es absolutamente diferente”.
En soledad o en compañía?
Haciendo un análisis de si las personas dependen de si mismas o si dependen de otros, el psicólogo aseveró que “yo aprendo mucho de mí, e instalo mucho de los conocimientos que adquiero teóricamente. Mi mayor fuente de aprendizaje está en el consultorio, está con mis pacientes, que es en donde de alguna manera yo corroboro y tomo o dejo las cosas que voy incorporando a nivel teórico. Hay a veces que hay como una coincidencia en la temática que plantean los pacientes de un mismo día y que no tienen ningún tipo de relación”.
Continuó explicando Valente que “el analista, por más que intenta tener una posición objetiva, no puede dejar de estar como sujeto. Esta semana me encontré en varias ocasiones diciendo que pedir ayuda es parte de hacerlo solo. Muchas veces nos encontramos con esta dificultad o con personas que dicen a mí me cuesta pedir, yo prefiero arreglarme la solo, y esto suele ser muy dañino, porque crea ahí una exigencia de autosuficiencia, que no es lo mismo que autosuficiencia. Una exigencia de autosuficiencia que deja a la persona muy sola”.

Un recurso
Agregó además que “pedir ayuda, ir a buscar una respuesta, ir a buscar una asistencia, también es parte de la solución de algún conflicto, y también es algo que estoy resolviendo por mí mismo. Además, es un recurso que tengo a la mano y que a veces por orgullo, no recurrimos a eso, a lo que tenemos a la mano”.
Reconoció el terapeuta que “pedir ayuda también es, de algún modo, mostrar debilidad, mostrar un poco de esto no puedo hacerlo. Así es entendido, así lo solemos entender, que uno pide ayuda cuando no puede más”.
Javier Valente fue más allá y explicó que “no se puede estar solo, por lo tanto ahí a veces nos ponemos estas pretensiones, estas exigencias de hacer las cosas solo y es un imposible por estructura. Una de esas cuestiones tiene que ver con el pedir ayuda, que es algo que está en nosotros, en nuestra mejor terapia”.

La risa y el llanto
En la inquietud de Valente de buscar nuevas técnicas, nuevas formas, llegó a la conslusión que hay cuestiones que tienen que ver con el cuerpo, y que uno no las pueden evitar, y en ese sentido, por ejemplo a qué hacer cuando se sienten ganas de llorar o de reir, se refirió a que “esas son las primeras y únicas maneras de expresar nuestras emociones con las que venimos de fábrica. Es nuestro primer canal de comunicación, el más primitivo, que no es adquirido, que no lo aprendemos porque el habla lo aprendemos, pero la risa y el llanto no”.