Tras su designación como presidenta de la Fundación Educacional de la Usina Popular Cooperativa “Sebastián De María”, Pilar Vitale visitó los estudios de NEC Radio para dialogar con Julieta Burgueño. Durante la charla, realizaron un repaso de su vida desde sus primeros pasos en la UPC hasta la actualidad.
“Durante la administración de Alfonsín tenía una peluquería que tuve que cerrarla por la hiperinflación. Después puse un kiosco, pero lamentablemente me fundí. En 1994 una amiga, Cecilia Cardoni, me convocó para ser delegada de la Usina. Ganó la lista que ella presentó y me dieron un lugar en el que la gente me fue conociendo de a poco”, recordó.
“El tren pasa una vez y depende de una subirse y aprovecharlo. Estuve cinco años en la Usina y me fui. Luego estuve como gerente en algunos emprendimientos privados. Mi tarea en la vida ha sido siempre estar y compartir con la gente”, sostuvo.
Y agregó: “A la gente que critica siempre les digo ‘Tomen mis zapatos y caminen, a ver qué tal lo hacen’. La Usina no es un lugar fácil de gestionar, pero aún así yo me siento cómoda en la función. La Cooperativa es un hijo más que tengo. Para algunos quedaré en la historia como una buena presidenta, quizás para otros no tanto. Personalmente estoy muy tranquila por el trabajo que vengo realizando. Mi objetivo para el día de mañana es abocarme a la Fundación una vez que cumpla con mi mandato. Cuando llegue el día de irme voy a estar muy satisfecha”.
Sobre su vida personal, Vitale contó: “Tengo tres hijos y mi meta al criarlos fue que ellos fueran profesionales, algo que yo no pude. Hice todo en mi vida para que ellos pudieran tener esa oportunidad y me fue excelente. Me separé cuando era joven y la soledad me sirvió en esta formación personal. Hay gente que no se siente bien con la soledad, no es mi caso”.
“Cuando era chica lo veía a mi papá que en los horarios libres de su trabajo principal tenía otras actividades para llevar dinero para casa. A diferencia de generaciones anteriores hoy en día los abuelos son más cariñosos con sus nietos. A los hijos hay que educarlos, en cambio a los nietos los abuelos podemos malcriarlos”, manifestó.
Y concluyó: “La vida te da y te quita, a mí me quitó: me casé y me separé de muy joven, lo que me dejó rota. Tuve una infancia muy feliz, de muchas travesuras inocentes con mis hermanos. Hoy son pocos los padres que ponen límites a sus hijos; antes la crianza era distinta. Siempre les dije a mis hijos que la secundaria era una obligación y que la universidad podía discutirse. Me siento orgullosa de mi rol como madre y de la familia que formé”.