Con los alimentos como principal motor de la inflación, desde los espacios comunitarios advierten que la asistencia social no es suficiente y que la escalada de precios licuará los montos de cualquier programa. Aseguran que muchas familias ya no pueden recurrir a una segunda o tercera marca y dejan de consumir ciertos productos. Incertidumbre por la continuidad de la entrega de alimentos.
Los sectores más vulnerables son los que más sufren primero los coletazos de la devaluación que convalidó el Gobierno que conduce Javier Milei y la escalada de precios. En este marco, la crisis alimentaria tiende a profundizarse en el corto plazo y para mitigar el hambre se requerirá de mayor asistencia.
Rodrigo Blanco, director del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (Isepci) y referente de Libres del Sur, enfatizó que las últimas medidas económicas que adoptó el Gobierno “impactan negativamente en el poder de compra”.
Blanco señaló que el rubro de los alimentos fue el que mayor aumento registró. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la división subió un 170,9% en lo que va del año, por encima del 148,2% promedio. Pero según los relevamientos de Isepci, en los comercios de barrio trepó un 210 por ciento.
“Los alimentos son el motor principal de la inflación”, evaluó el dirigente social que indicó que la reciente devaluación empujará aún más los precios. “Esperamos tener un diciembre con un 40% de inflación en este rubro”, afirmó.