Faro Quequén, esa enorme estructura de 34 metros de altura que contribuyó significativamente a mejorar las condiciones de navegación en el sur bonaerense, hoy cumple 102 años.
Las obras se licitaron el 16 de diciembre de 1920 y fueron ejecutadas por la firma alemana Dickerhoff y Widmann ganó el concurso, pudiendo entrar en servicio el 1 de noviembre de 1921, es decir, 102 años atrás.
El objetivo de la construcción de este faro fue dar al navegante un punto geográfico de referencia en tierra para ingresar al puerto o para alejarlo de la costa en medio de las noches oscuras y de mar embravecido.
El diseño de la estructura correspondió a la División de Hidrográfia, Faros y Balizas y a los pocos años de su inauguración ya era considerado uno de los más importantes y modernos del país, sobre todo por su torre de cemento armado.
Esta es de forma troncocónica de mampostería y garita con franjas horizontales negras y una central blanca con una altura de 34 metros.
Actualmente, es alimentado por corriente eléctrica (220 voltios) de la red urbana. El sistema lumínico posee una lámpara de 500 watts y un equipo óptico concentrador de luz.
El faro se levantaba sobre un plano situado a 2 pies debajo de las mayores bajamares, donde originariamente se plantaron 5.000 eucaliptus y 50.000 tamariscos para fijar el terreno.
Además de su aporte a la seguridad náutica y su atractivo turístico, el Faro de Quequén también forma parte de la historia cinematográfica nacional, ya que aparece en algunas escenas de las películas “La Dama y el Mar”, del director Mario Soffici, con la actuación de Zully Moreno; y “El camino de los sueños”, del director Javier Torres, entre otras.