Los últimos datos revelados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dieron a conocer que la inflación en septiembre fue del 3,5%, lo que significó una suba de precios del 101,6% en lo que va del año y del 209% en los últimos 12 meses.En ese marco, Sergio Procelli, presidente de Consumidores Argentinos, destacó que hay dos factores notorios: el aumento de precios constante en productos de almacén y la baja en la variedad de los mismos.”Los últimos datos arrojaron una caída en el consumo de cerca de un 7% el último mes, que es sostenible desde principios de año. Puntualmente en precios, lo que notamos es que hay aumentos constantes en lácteos, bebidas y comidas, y obviamente cada vez menos variedad de productos”, remarcó.

Según Procelli, se observa que el efecto de caída de las ventas hace que también haya menos elección de mercadería. “En particular vemos que el consumo se ha ido corriendo hacia las segundas marcas. La gente consume cada vez menos calidad, sólo lo necesario para la semana”, argumentó. Lo que más preocupa a los analistas es la inflación constante en alimentos, que no han dejado de aumentar de forma permanente. “Son productos de consumo diario que no se pueden dejar y que hacen que cada vez mayor proporción de ingresos vaya para cubrir esos costos“, indicó.
Esto último genera un desfasaje entre los ingresos y los gastos mensuales de cada familia. Para el especialista, cada vez más gente se encuentra por debajo de la línea de pobreza a pesar de tener un trabajo fijo.”Los promedios salariales o de ingreso, por lo general, están debajo de las líneas que se necesitan hoy para poder mantener un nivel por encima de la línea de pobreza y esto se reflejó en los últimos números difundidos. El sueldo no acompaña la inflación, y a su vez es escaso para poder cubrir lo necesario”, lamentó Procelli