En una entrevista concedida a “Voces de la Ciudad”, en Estación Free 90,3 del Multimedios NQ, Juan Erreguerena, integrante del INTA con más de tres décadas de experiencia, analizó los efectos de los recientes cambios climáticos sobre los ciclos de siembra, cosecha y la actividad ganadera en la región.
Respecto a la cosecha, Erreguerena respondió ante la consulta del periodista Jorge Gómez que las lluvias recientes, si bien beneficiosas en algunos aspectos, generan inconvenientes. “Cuando viene un tiempo llovedor se va atrasando la cosecha y aparece lo que en el campo llamamos ‘verdín’, una vegetación que complica el trabajo en los lotes. Además, la humedad limita las ventanas de trabajo diario y puede afectar la calidad de los granos debido al lavado”.
Sobre los resultados de la cosecha de trigo y cebada, el especialista indicó que los rendimientos fueron muy variables. Mientras algunos lotes de trigo superaron los 8 mil kilos, otros apenas alcanzaron los 3 mil kilos, reflejando un año irregular y atípico. En cebada, el promedio general fue de 4.500 kilos por hectárea, con lotes excepcionales que llegaron a 6 mil kilos, aunque por debajo del rendimiento habitual en comparación con el trigo.
Erreguerena se mostró optimista respecto a los cultivos gruesos: “Los girasoles están en excelentes condiciones y los maíces tempranos presentan un desarrollo muy prometedor. Aunque hay menos soja sembrada, lo implantado tiene buen aspecto”. Según el especialista, la cosecha de girasol se consolidará entre fines de febrero y mediados de marzo, mientras que los maíces tempranos se esperan para marzo y abril.
Ganadería: una primavera revitalizadora
En el sector ganadero, las lluvias recientes marcaron un cambio positivo. “La oferta forrajera tuvo una explosión, reverdeció por completo después de un período ajustado. Esto se traduce en un alivio para los productores, acompañados además por una recuperación de precios hacia fin de año que brinda expectativas competitivas”.
No obstante, Erreguerena señaló que los costos de producción en la agricultura se han disparado. “El aumento en el valor de los insumos y el encarecimiento relativo de la labranza, junto con la caída de los precios en dólares de los granos, pone en aprietos a los productores agrícolas”.
Un clima atípico: ¿se corre el calendario natural?
Finalmente, el experto reflexionó sobre las anomalías climáticas de 2024. “Tuvimos un otoño e invierno secos, una primavera que llegó tarde y ahora parece que se desplazó hacia lo que solía ser el verano. Este corrimiento estacional es una lectura interesante del clima que estamos atravesando”, concluyó.